miércoles, 10 de noviembre de 2010

Los Cuentos de la Manada,


 UnaTerca Muletilla llamada : Luis Alonso Fernández Suarez
Hay una imagen que conservo desde mi infancia, es el de una vieja pared de una cueva lejana, donde un pequeño hombre con una lanza larga apuntaba al corazón de un gran elefante. Esa imagen que descubrí sin querer entre las hojas de un libro, es una imagen que curiosamente me persigue desde mi nostalgia y siempre que puede, cobra vida propia en mis recuerdos. Narrar historias fantásticas donde los principales personajes son animales, son tan antiguas como la vida misma de las primeras civilizaciones. Así de viejo, bueno, casi tan viejo como esta costumbre de contarnos historias con figuras y palabras, es el don de Luis Alonso Fernández.

Si, míticamente el León, es el rey de la selva, Luis, dado su vasto conocimiento del mundo infantil, sigue siendo, sin lugar a dudas, el soberano escritor de la dura estepa de la literatura infantil en Tabasco. Sin embargo, Los Cuentos de la Manada, es un abierto desafío, escribir para niños, es más difícil de lo que se cree, se requiere de características que no todos los escritores poseen, los códigos de lenguaje, la contemporaneidad en la que se circunscriben y la temática que se elige para los textos debe ser más selecta que la que se puede ofertar en la escritura para adultos. No se trata pues de que Luis en este libro, camine como niño, hable como niño, piense como niño, escriba como tal. Sino que, con un estilo sencillísimo y entramado tradicional, Fernández, pone de manifiesto el origen de un mundo filosófico, que siendo adultos, nos parece cada vez más incompresible y cada vez más lejano.
En los Cuentos de la Manada, Luis se aventura en la jungla de la imaginación y la fantasía, nos propone la creación de nuevas fabulaciones e historias en las que cada uno de los protagonistas posee una definición clara que permite la espontánea comprensión de la trama y los personajes. Estas características raras hoy en día en las narrativas de ciertos autores locales de literatura infantil en el estado, contribuyen a que el libro posea esa virtud física de que su lectura sea fluida sin corta pisas. En cada uno de los cuentos, el autor logra con su gran sentido de percepción y sensibilidad, convocar entre las páginas del libro, algunas de las muchas ilusiones y delirios que durante la infancia, se han ido retrasmitiendo de una generación a otra y que desde la imaginación relatora va cobrando cuerpo en cada una de sus páginas.

A mi parecer, los textos de Luis, desde aquellos escritos en Historia del Principio poseen un apego sustancial a las particularidades propias de la leyenda y de los mitos, me parece de igual modo, que en muchos de sus escritos, impone una carga explosiva no sólo de fantasía e imaginación, sino además, de ese detonante camuflageado aun más perturbador, esa crítica filosófica ineludible, al mundo que lo rodea.

Luis se une pues, por meritos propios, a ese disminuido reino de escritores que como Francisco Hinojosa y Luis María Pescetti, saben que son los niños, el público lector más olvidado y estereotipado de todos.

Gianni Rodari , en su artículo “La imaginación en la literatura infantil”, dice que hay dos clases de niños que leen: los que lo hacen para la escuela, porque leer es su ejercicio, su deber, su trabajo (agradable o no, eso es igual); y los que leen para ellos mismos, por gusto, para satisfacer una necesidad personal de información (qué son las estrellas, cómo funcionan los grifos) o para poner en acción su imaginación. Creo que los Cuentos de la manada fueron escritos para estos últimos…

Que bien que siguen editándose libros como este, que hay escritores como Luis, que siguen con sus historias, recuperando esos reinos perdidos, cautivando con imaginación creativa a los lectores mas pequeños. Que satisfacción, que habrá más historias que me sigan uniendo a mi maestro, Luis Alonso Fernández Suarez, historias de vida, historias de triunfo como esta vieja tarde y su nuevo libro. Que gusto que haya sido él, el que me impulsó a no ser uno más, de una terca manada, el que a pesar de la negación de muchos, haya tomado parte en la  formacion de esa nueva camada de jóvenes intelectuales Tabasqueños. Que gozo compartir con ustedes, el orgullo, la admiración, la fraternidad, el inolvidable gesto de fe, que Luis Alonso Fernández ha tenido con un mundo, al que algo parece habérsele olvidado.




Luis Tatu Gamez, Beatriz la gata Pereda, Daniel el Flaco Guzman,  Zoyla de Dios, Wilbert Albert, Luis Alonso Fernandez, Jaime el Jimy Ruiz, y Malasangre, en otros Tiempos con Marco Pinto

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